QUIERO OLVIDAR ESE DÍA…

 

Por: Pepe Purizaga Calderón

 

No sé qué día de la semana era, pero si sé que era 18 de abril del año 1989… como de costumbre: - “Negrito”, ¿vamos a Trujillo?, vamos para que me ayudes a manejar, pero como siempre... sólo tienes cinco minutos para cambiarte e irnos. Yo me levanté y dije: -Ma’, me voy con mi PapaVí a Trujillo, apúrate que me deja…-

 

Recuerdo que estaba de vacaciones, estudiaba en Lima y ese día lo acompañaba a una reunión, de las miles que solía tener en Trujillo. Viajamos sólo los dos… antes de salir de San Pedro lo primero que hizo fue ir a recoger los periódicos del día y ni bien salimos pensé que iba a manejar el “escarabajo”, ese carrito blanco, fiel en todo su trajín diario. Todos lo recuerdan ahora que a partir de las cinco y media de la mañana ya empezaba a levantar su mano de saludo con quien se encontraba y se le cruzaba en el camino… que lo cuenten ahora sus “compañeros” y los “camaradas” porque a todos los identificaba así… de Chocofán, Mazanca, Cavour, Verdún, San José, Campanita, Tecapa, Santonte, Santa María de Tecapa, Infiernillo, aquí conversaba muy seguido con don Juan Burgos, “el pedigüeño” como él le decía, Portada de la Sierra, Cultambo, Cruce San José, Guadalupe, hasta llegar a Chepén a su escuela, “La Escuela San Pedro”… y la verdad ¡Cuánto lo extrañan!

 

Y bueno, ya con la ruma de periódicos en la mano -hasta los periódicos de la oposición hay que leerlos y re leerlos-decía y en el carro, partimos a Trujillo y lo primero que me dijo fue: -lee los titulares de La Industria- (los que han viajado a su lado dan razón de ello)… y empecé a leer los titulares y la noticia importante había que darle lectura a toda la nota periodística… y con el cuidado de hacer la pausa de las comas, los puntos, los signos de interrogación, si no, se tenía que volver a leer pero claro está, previa corrección en voz alta: ¡ahí hay coma, hay punto.!, y en fin, todo el viaje lleno de noticias y al día del acontecer nacional y mundial… y yo sin manejar hasta Trujillo.

 

Llegamos, fue a la reunión que era en la CORLIB, Corporación de Desarrollo de La Libertad de la que fue su Vicepresidente, la convocaba el Presidente Luis Santa María Calderón y recuerdo que duró hasta la tarde y ya de regreso conversamos de tantas cosas y yo con la rayada pregunta de siempre: Papá, ¿te ayudo a manejar?, y la respuesta también de siempre: más allá salgo y descanso diez minutos, pero sólo diez minutos y me levantas, que no se pase... llegamos al Grifo de los Pinos en la Esperanza, echó gasolina y descansó.

 

Y así era, recuerdo una vez fuimos hasta Celendín con Don Julio Garrido Malaver, -“el eterno Poeta o Poeta eterno, después de Vallejo eres tú -” así le solía decir siempre mi Papá a Don Julio… y también con el mismo cuento: -mañana vamos para que me ayudes a manejar pero lleva pantalón y camisa para que te cambies-… Don Julio me decía: - ya es la segunda vez que vamos a Celendín sólo los dos y también quería manejar pero el “Pelao” de tu padre no quiere que maneje, que no se manejar en la sierra me dice-… y así llegamos hasta su Celendín de Don Julio, los tres, escuchando sus semblanzas… y “metiendo también mi pico” con preguntas a Don Julio y con las respuestas que nunca quería que acaben porque mucha emoción sentía cuando hablaban de su partido, mi partido… de ese APRA que aprendí a quererlo por la lucha que ellos hacían, por su sacrificio, de las ganas que ellos ponían para hacer saber que el APRA es el partido del pueblo porque para eso había sido creado por el Jefe. Como no sentirme orgulloso de ello del sólo saber que Don Julio Garrido y mi Papá han sido y siguen siendo hermanos y compañeros aún después de muertos… que han luchado juntos por el fortalecimiento del Partido, por engrandecerlo con sus actos. Cómo no sentirme dolido ahora en estos tiempos al no tenerlos, al saber que no hay quién nos defienda ante tanta injusticia y cosas que nos está pasando, ante tanto abuso de “los dirigentes” de no querer hacer nada por resurgir lo que tanto amamos y nos enseñaron a quererlo. ¡Cómo no sentirme dolido! Ante tanta corrupción y engaños y que nos señalen por tales cosas… ¡que iban a permitir ustedes esas cosas!, por eso siempre diré: cuanta falta nos hacen.!

 

Me salí de lo que les contaba… pensaba en voz alta… pero bueno, lo levanté después de los diez minutos cronometrados: - Papá, ya levántate, diez minutos... mejor yo manejo -. Y así proseguimos el viaje y llegamos a Chicama, paramos a tomar su cafecito pasado en el lugar de siempre con su sándwich de queso de chancho, donde se pedía uno y le daban dos… y rumbo ahora si hasta la casa, pero antes: “- ahí atrás esta El Satélite, lee los titulares para ver que dice... sólo los titulares -” y así hasta terminar de leer los titulares y luego la conversa que su reunión que se había prolongado hasta el día de mañana 19 de abril… - entonces mañana regresamos a las nueve, cuéntale a tu Mamá y dile que mañana salimos temprano -…

 

Se llegó el día de mañana… dormía y un grito de mi hermana Nena me levanta y me dice: -¡Pepe, dicen que mi Papá ha tenido un accidente, levántate!, pero no le digas nada a mi Mamá.

Papá había salido como de costumbre, temprano a Chepén. Como nunca, me levante al toque, me puse la misma ropa del día anterior: mi polo rojo y mi pantalón Jean y salí de la casa corriendo de frente al garaje a sacar la camioneta… no encontré la camioneta, ya mi hermano Virgilio la había sacado, ya sabía también que Papá “había sufrido un accidente”. Lo que me quedó fue salir a la Panamericana (no existía la Vía de Evitamiento, la estaban construyendo, también una de sus grandes obras y visiones de futuro… la inauguró mi hermano Virgilio siendo Alcalde) la Panamericana atravesaba San Pedro, por la calle Dos de Mayo y ahí no esperé mucho y pasó un ómnibus de Vulkano, subí y le dije al conductor: - Señor... por favor voy a bajar donde dicen que hay un accidente, donde esté un Volkswagen blanco ahí bajo. Y así me fui parado al lado del chofer mirando y “buscando” el accidente, llegue a Chepén y nada... pregunte donde estaba la Comisaría para averiguar sobre el tal accidente y enrumbé hasta la Comisaría y pregunte y lo que me dijeron fue así: “- lo único que ha pasado acá es que le han disparado al Alcalde Purizaga en su escuela -”. Ya se imaginarán lo que pasó por mí mente al escuchar eso… sólo atiné a correr hasta la Escuela y encontré muchísima gente y entre la gente lo buscaba a mi Papá y recuerdo muy claro que salió una de mis hermanas y me dijo: “le han disparado a mi Papá y lo han llevado al Hospital…” no se imaginan en qué tiempo lo hice de la Escuela al Hospital.

 

Llegué al Hospital… muchísima gente, policías, carros, gente llorando, quise entrar… no me dejaban... la gente decía: - déjenlo entrar es el hijo del Alcalde! - pero nada, a nadie dejaban entrar… lo que hice fue impulsarme con toda fuerza que rompí una de las lunas grandes del Hospital y logré pasar… corrí… salió a mi encuentro mi Hermano Virgilio en el pasadizo… lo vi llorar como nunca, me abrazó, nos abrazamos y comencé a gritar buscando a mi Papá… me abrazaba, me consolaba, no me dejaba pasar… ¡quiero ver a mi Papá - gritaba - Vi, quiero ver a mi papá… Flaco, ¿Dónde está mi Papá?!, lo miraba y solo veía su llanto… - Negro, a mi Papá lo han matado… ¡Negro, a mi Papá lo han matado! ¡Quiero verlo Vi!. Y así fue, creo que se compadeció mi hermano de verme tan mal que me dijo: vamos a verlo. Me llevó a un lugar que supe era la morgue… ahí tendido en una camilla, creo que era camilla, estaba mi Papá ensangrentado… lo único que hice fue correr a abrazarlo, besarlo, quise levantarlo, estaba calientito lo recuerdo muy claro, le acaricié su peladita como siempre acostumbraba hacerlo… pero hablaba ya solo, ya no tenía respuesta alguna… si era cierto, habían matado a mi Papá.! Salimos abrazados con mi hermano, detrás estaba el Subprefecto de la época. Ahí me dicen, tuve mi primer desmayo… me llevaron, desperté en una camilla, miré a mi alrededor estaba mi hermano Virgilio, creo que no me dejaba sólo porque sabe que soy alérgico y podrían medicarme o inyectarme algo para calmarme y podría ser peor… mis hermanas todavía no sabían nada… mi madre menos.

 

Me levante a caminar… veía gente que quería entrar al hospital, muchísima gente alrededor… salí del hospital… buscaba el Volkswagen, sabía que ahí podría estar el revólver que usaba Papá, buscaba las llaves del carro, le pregunte a “Chancao” el chofer, también al “Jetón Limo”, no sé que quería hacer, pero recuerdo claro que Augusto Cueva que estaba ahí, me contó después que yo quería seguir a los que mataron a mi Papá… ¿seguirlos? ¿buscarlos? pero ¿A dónde? Logró convencerme de no hacerlo, regresé al hospital, seguía llegando más gente. Yo preocupado por mi Mamá y Hermanos le pregunte a Virgilio qué íbamos hacer, me respondió: - hay que esperar a Michi que está viniendo de Trujillo con Papo (mis hermanos), ellos laboraban allá y de ahí ver que se hacía…

 

No se imaginan que cosas pasan por la mente de uno en estos “casos dolorosos”, ya Radio Programas del Perú había invadido por todo el Perú y el mundo con la noticia: habían matado al Decano de los Alcaldes del Perú. Nunca hubo en mi provincia una cobertura de tal magnitud a raíz de este asesinato. Se llegó la noche, llegaron las amistades, autoridades a solidarizarse con la familia, no soportaba esa realidad, fue muy dura prueba, maldecía por todo, pero nunca deje de creer en Dios, a pesar de esta maldad, más aferrado a El y a los ruegos por toda la familia. Mi madre, ahí ella con su silencio dándonos el apoyo en estos trágicos momentos a mantener la calma, porque llegó a llamarme la atención por el mal momento que hice pasar a un camarógrafo que llegó a cubrir la noticia… no se sabe cómo actuar y uno cree que está actuando bien.

 

Partimos con Papá en la noche a San Pedro… emociona y embarga recordar esos momentos de gratitud de todos los pueblos del Valle Jequetepeque que en un desprendimiento de todos sus pobladores seguramente creo yo, a manera de agradecimiento por tanta bondad y generosidad hacia su pueblo, le brindó a su paso: ahí estaba Guadalupe esperándolo volcado en su Plaza de Armas, discursos de gratitud, Ciudad de Dios… en San Martín de Porres se le detiene, el pueblo de San José, ese distrito al cual mucho ayudó y visitó, le rindió homenaje… Pacasmayo lo recibió en hombros hasta la Plaza de Armas y de ahí hasta la salida rumbo a San Pedro… llegamos al Hornito y desde ahí la gente lo esperaba… el llanto no era para menos, iba junto al ataúd con la misma vestimenta que estuvimos el día anterior, mi polo rojo, ya manchado de sangre, que hasta ahora lo conservo y mi pantalón jean… mis ojos se llenan nuevamente de lagrimas al llegar a ese lugar, que seguramente que si seguía vivo hoy sería “modelo para el Perú” en esta etapa de lo llamado “inclusión social”, me refiero a ese Asentamiento Humano Santa Lucía, que le puso por nombre “Rumbo al 2000” donde decía que iba a crear una “Aldea Diferente” donde se iba a enseñar a las madres de familia todo tipo de conocimiento y a los niños y jóvenes a recrearse y fortalecerse en todo en una futura “Casa de la Juventud” ¡Cuánto nos hemos detenido por Dios!... pero antes de llegar a Santa Lucía, unas líneas luminosas alumbraban la entrada, eran luces a manera de candelabros, eran mecheros que los pobladores habían puesto para que haga su arribo ese Alcalde que mucho hizo por ellos y que de una vil manera le habían truncado y detenido su progreso… ellos sabían que iba a ser así… y no se equivocaron… siguen abandonados a pesar de haber sido proyectado para ser modelo de progreso. Y yo, seguía empapado en llanto ante tanta emoción de ver el esfuerzo de los pobladores… entramos a Santa Lucía, al salir nuevamente más emoción… las luces se habían multiplicado, ahora ese camino alumbrado sería hasta San Pedro… que bonita muestra de agradecimiento, querían recibirlo en medio de luces y con Banda de Músicos. Desde los Sauces (Asentamiento Humano ahora) ya no se podía seguir, mucha gente, muchísima diría yo, acudió a su encuentro… pedían que lo bajaran de la Carroza para que lo llevaran en hombros y así fue, desde el Instituto Pedagógico “David Sánchez Infante”, antes Escuela Normal, que él gestó y fundó, se escuchó la Marsellesa Aprista, esa marcha que él tanto quiso y nos enseñó a cantarla, entonarla y a quererla… en ese momento, creo que nos buscamos todos los hermanos y nos abrazamos, lloramos juntos detrás de Papá y avanzamos tras de él y de repente escuchamos un fuerte grito, creo que salido del fondo del alma… era mi hermano Virgilio que gritó: ¡Cuando un APRISTA MUERE… y nosotros respondimos llorando… NUNCA MUERE.! Y seguimos cantando la Marsellesa con mucho dolor, pero orgullosos hasta nuestra casa… llanto total al reencuentro con Mamá de madrugada. Recuerdo que esa noche no dormí, casi no podía pararme, las piernas se me doblaban, era puro llanto… aquí fue otro desmayo. Recuerdo que me levante, lo vi dentro del cajón, no lo podía creer, pero era cierto, mi Mamá al lado de mis hermanas, me miraban… se compadecían creo yo porque me abrazaban, me acariciaban, pero yo ahí, no me quería cambiar de ropa hasta que mi Mamá me dijo: a tu Papá no le gustaría que estés así, anda ponte tu terno como a él le gustaba que te vistas… y así lo hice, empecé a vestirme llorando y no sabía a quién decirle que me haga el nudo de la corbata, yo no sabía hacerlo, hasta la fecha y busqué a Papo, mi hermano y él lo hizo… ya corría rumores que ese día llegaría el Presidente de la República y que había orden de ambientar el Estadio para su arribo… nos avisaron de ello.

 

Que llanto a la hora de la despedida de la casa… cargamos mis hermanos: Virgilio, Papo, Pepe de Chepén y yo…mucho llanto, no quería que lo saquen, recuerdo a mi primo Lucho Puri que se acercó y me dijo: ya Cholo, mi tía Fela y tus hermanas están detrás tuyo, no las pongas mal… y así fue. Lo sacamos en hombros de la casa rumbo al local del Partido y un mar de gente en la calle… llegamos al local y veía a los compañeros con los ojos vidriosos a punto de estallar en llanto… llegaba el Aprista, el dirigente de toda la vida a despedirse de sus compañeros del local que él también gestó. Siguió hacia el Club que tanto quiso, el Unión San Pedro, a quien también nos enseñó a quererlo y a defenderlo y de ahí hasta la Plaza de Armas, al local de la Municipalidad, ahí le rindieron homenaje póstumo.

 

Recuerdo, cuando estaba en la Iglesia, el ingreso del Segundo Vicepresidente del Perú Luis Alva Castro, era también Senador de la República y amigo de mi Padre, el abrazo que nos daba a la familia; de Agustín Mantilla Campos, Ministro de la Presidencia, del Edecán del Presidente Alán García, de Jorge del Castillo quien era en ese entonces Alcalde de Lima y Presidente del AMPE, de todos los Diputados Liberteños, encabezados por Fernando Pilco Deza quien era el Presidente de la Célula Parlamentaria, de Luis Santa María Calderón, Presidente de CORLIB y de Don Guillermo Baca Aguinaga, Presidente de CORDELAM y también gran amigo de la familia y del entonces ex Senador de la República, Don Julio Garrido Malaver, Secretario General del PAP La Libertad; me dijeron que estuvieron varios Viceministros y Parlamentarios… ellos llegaron a despedir al compañero y alcalde asesinado.

 

La verdad no sé como aguanté llegar hasta el Cementerio si mis piernas no me respondían… recuerdo que me hacían tomar agua y en todo el trayecto se acercaban a abrazarme como muestras de apoyo en los momentos de dolor y eso me hacía ponerme aún peor. Ya en el cementerio, en una tarde que se oscureció rápido, escuchaba las palabras de despedida que le daban, veía los rostros de mi Madre, de mis hermanos, todos en llanto… estábamos despidiendo a Papá y pensaba que el día de mañana no lo volvería a ver, así como, que se truncó para siempre ese viaje que íbamos a emprender a las 9 de la mañana del fatal 19 de abril de 1989 en que continuaba gestionando incansablemente apoyo para su provincia de Pacasmayo… ya doblegado y en silencio escuchaba las palabras de despedida al “compañero de siempre” de parte del Senador y Segundo Vicepresidente de la República Luis Alva Castro quien pronunciaba, para mí, un muy bonito y sentido discurso, en que resaltaba lo que era VIRGILIO PURIZAGA AZNARÁN, el líder del Apra en la Provincia de Pacasmayo… no soporté seguir y me doblegué, me sacaron... que dolido que estaba!… insoportable momento que me desmayé…

 

Lo extrañamos para tocarlo, besarlo, como nos enseñó…, para escucharlo, eso sí sus cantos, sus boleros, sus pasodobles, sus tangos… “caminito que el tiempo ha borrado que juntos un día nos viste pasar…” "corrientes, tres cuatro ocho, segundo piso ascensor..", extrañamos mucho sus conversaciones, sus chocheríos, sus consentimientos, sus bailes con los nietos, su inseparable música clásica y que me siente para escucharlos juntos, sus ocurrencias, eso extrañamos… sus enseñanzas, eso seguirá grabado en cada uno de nosotros sus hijos siempre tratando de hacer bien las cosas… y eso sí, continuar y seguir pregonando que su más grande riqueza la hemos heredado, que es su honradez y humildad… y en ese camino estamos.

 

Son relatos que me animé a compartirlo… he pasado por terapias profesionales para tratar de calmar mi angustia de saber de que no lo iba a volver a ver a Papá Virgilio, me sentía vacío, mi llanto ha perdurado por largo tiempo, todos se conmovían, no volví a Lima durante un buen tiempo, no podía… era angustioso todo eso… pero logré calmar esa tristeza… sé que no lo puedo ver, pero si sé que está conmigo en cada instante, se también que no me abandona… que su “riqueza” la tenemos presente todos los días… y que nunca se acabará, así que él está contento con nosotros sus hijos… pero está sufriendo por saber lo que está pasando con el Partido que tanto quiso, por el partido que amó, sufrió y padeció… sabe que hay injusticia dentro de sus militantes, sabe que hay gente que le hace daño y mucho daño.

 

Si supieran Papá que padeciste demasiado por ser Aprista, pero nosotros orgullosos de ti que por luchar por esa Justicia Social que tanto se pregona ahora, tú fuiste perseguido y que cuando estuviste “corrido” tu pedías vernos y nosotros íbamos a verte escondidos cuando el Tío Jorge, el amigo de la familia Jorge Torres Vallejo, el “Cabezón Torres” nos venía a llevar a Huanchaco, a su casa donde te tenía escondido porque te perseguían y tenías orden de captura, ya Don Guillermo Larco Cox, lo habían capturado y ya estaba preso y muchos compañeros más sentían la persecución de la tiranía del General Velasco: ahí estaban Lucho Alva Castro, Augusto Franco Velásquez, Miguel Angelat Quiróz, y muchos compañeros más que por defender la democracia padecieron injustamente. Cómo olvidarme Papá que el primer viaje que hice a la Capital fue a tu pedido y lo hice en la Agencia de tu compañero Hermes Cáceda, la Perú Express y fue justamente porque querías vernos, ya estabas “corrido” por Lima y fuimos a tu encuentro, viajé con Mamá y mis hermanas Michi, Nena y Fela ¿recuerdas eso? Me acuerdo también cómo llegabas por las noches a San Pedro, a la casa escondido con tu sombrero y con barba crecida y el Tió Jorge “el cabezón Torres” con su poncho largo. ¡Qué delito cometiste por Dios para estar viviendo así privado de vernos! Yo era un mocoso todavía y si recuerdo también todo lo que decían de ti, como te calumniaban… a pesar de eso nos decías que nos sintamos orgullosos de ti porque podrán decir muchas cosas pero tu pobreza era más grande que todas esas cosas que decían… como no sentirnos orgullosos de ti Papá si nos enseñaste a darle al Partido todo a cambio de nada y somos muestra clara de ello que nadie podrá señalarnos de riqueza material alguna porque sencillamente no la tenemos…

 

No saben Papá que tu luchaste por una causa justa dentro del Partido para defender a tu pueblo, todo lo hacías por tu pueblo al que llamabas: el Ubérrimo Valle del Jequetepeque, de tanto atraso, que éramos tan humanos como cualquier otro pueblo y que merecíamos que nos traten tan igual como al resto… como no sentirnos orgullosos Papá que eras uno de los grandes líderes del partido y que los dirigentes nacionales te respetaban y los obligabas a que te ayuden y no parabas de hacerlo hasta conseguirlo y ahí están las muestras de ello… como no sentirnos orgullosos que ahora te recuerden por lo bueno y genial que fuiste y que pusiste a tu Pueblo, a tu San Pedro de Lloc en el sitial que se merecía por ser la capital de la Provincia de Pacasmayo y que por ser tal se le debía respetar… como no sentirnos orgullosos Papá de saber que con tu genialidad y visión lograste diseñar y construir la ahora olvidada “Casa del Niño” y que hiciste Padrino a tu Maestro Víctor Raúl de esa majestuosa obra, a pesar de tanta calumnia y maldad por tan honorable hecho que hacías al traer a Haya de la Torre para tan magno evento al pueblo de la provincia de Pacasmayo… cómo olvidar también que lograste hacer realidad “El Comedor del Estudiante”, pensabas en el hambre y la pobreza del estudiante foráneo y le diste facilidades, ahí está ahora, pero con otro uso… como olvidar Papá tus conversaciones futuristas y soñadoras de querer hacer la llamada “Costanera” de unir a Puémape, Santa Elena, El Milagro hasta llegar a Pacasmayo y que de ahí ya era más fácil poder llegar hasta la Boca del Río, todo a orilla de playa… del Malecón empedrado y con árboles frutales desde el Puente Fierro hasta el Puente Balta para que así el poblador disfrute y cuide lo que es suyo… y qué decir de esa la Gran Avenida que uniría San Pedro con Pacasmayo con sólo arboles de pecanas y poncianas porque eran árboles que necesitan poco riego… cómo olvidarnos Papá de esos sueños tuyos… del “Gran Complejo en Puémape” que tan amenamente le contabas en Puémape a Don Julio Garrido cuando llegó con el también poeta César Calvo y no tenía dónde hospedarse, y les decías que habías proyectado hacer realidad la famosa “Casa del Peregrino” (una casa de hospedaje municipal) y él escribió una bonita crónica en donde nos llamó que “San Pedro de Lloc era el pueblo más feliz del Perú”… cómo olvidarme de ello Papá si estuve contigo y escuché eso… los que te extrañan también ¿sabes quiénes son?, los profesores, tus camaradas del “Amauta” ahí se quedaron con su proyecto de agua y desagüe a sus viviendas, nadie los ayuda… también seguro te extrañan los Chocofaneros, los Mazanqueros, los Sanjosefanos que no hay quien los ayude a reclamar y levantar su voz de protesta por esa carretera que también gestaste desde tu primer gobierno Municipal allá por los años 60, para unir a San Pedro con San José y salir a la Panamericana, que la han construido, pero mal y no hay nadie quien reclame… en fin Papá, lo que sé es que te extraño por tantas cosas, y eso lo sabes porque te lo digo cada vez que conversamos cuando voy al Cementerio, junto a tu Mausoleo… ese sepulcro que diseñó genialmente “El Cabezón Torres”, donde perenniza el Puente Arco, en honor a tu Pueblo que te vio nacer… a tu derecha, un Libro Abierto en señal que eras un Gran Maestro en donde está labrado tus eternas palabras que las escribiste en noviembre del año '86 y que también la llevamos muy en cuenta:

Que el mundo piense de mi lo que quiera,
ese es asunto suyo,
si no quieren colocarme en el lugar que me corresponde
hasta que haya muerto o quizás nunca
están en su derecho.

Pero mi deber es obrar
como si la gente fuera agradecida,
como si la vida fuera justa,
como si los hombres fueran buenos.


... y es así Papá, obrabas como si todos fuéramos buenos... está también a tu izquierda la Estrella que te identifica como Aprista de toda la vida… siento también que estas digresiones (palabra que solías siempre decir cuando te extendías en tu relato) no debería decirlas y discúlpame que ya ni debo tampoco darte más preocupación…

 

Me animé a escribir todo esto porque hace poco lo relataba en mi casa y concluí diciéndoles que espero que un día como ese 19 de abril nunca más llegue y dañe la unión de una familia, el sueño de toda una provincia y un valle entero privándolo de grandes hombres como lo fue Virgilio, mi Padre y que a pesar de tanta crueldad a la familia, tanta ingratitud, seguiremos toda la familia por ese sendero que él nos trazó, que desde donde nos encontremos, tratar de seguir ayudando y apoyando a los que menos tienen y que en nuestro trajinar diario sea en honor a él y que su ejemplo de bondad, sencillez, generosidad y humildad siempre estará con nosotros.

 

Seguimos tercos en esa fe y esperanza en ver a nuestro gran partido fortalecido y no nos vengan los “Apristas de ahora” a querer enseñar lo que es el APRA porque ya lo sabemos, aprendimos a quererlo y hasta ahora lo hemos padecido. Termino deseando que esas personas que cometieron ese cruel atentado, estén viviendo en tranquilidad con su familia, porque sé que los has perdonado… ¡pensaron matarte Papá… pero te inmortalizaron.!

 

Te abrazo Papá, siempre agradecido por todo lo que nos diste a todos.!

 

Trujillo, otoño del 2012.

 

Pepe Purizaga Calderón.

 

 

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